Abre la ventana y mira. Mira a las personas que caminan por la calle. Observa.
¿Qué ves? Ese es joven. Ese viejo. Esa
mujer lleva un gorro de lana. Esa otra mujer lleva hábito. Ese lleva una bufanda
del Atlético de Madrid. Ese otro, de otro equipo. Pero están
tomando cañas juntos.
El hombre trajeado es recogido por coche de alta gama.
A unos metros pide comida un mendigo, en la esquina. Esa persona es tu vecino, y sabes que es de derechas. En cambio, su hijo, es de izquierdas. Esos dos chicos van juntos a clase, aunque uno suspende y otro aprueba. Es decir, sus profesores dicen que uno es tonto, y otro es listo.
A unos metros pide comida un mendigo, en la esquina. Esa persona es tu vecino, y sabes que es de derechas. En cambio, su hijo, es de izquierdas. Esos dos chicos van juntos a clase, aunque uno suspende y otro aprueba. Es decir, sus profesores dicen que uno es tonto, y otro es listo.
En la calle ves a una pareja
heterosexual cogidos de la mano. Detrás, una pareja homosexual haciendo
lo mismo. En la misma acera, no en la de enfrente.
Hay diferencias más obvias. Ese es
negro, ese blanco. El primero es español, y el segundo sudafricano. Y
los dos se dirigen al mismo colegio a recoger a sus respectivos hijos,
que son amigos desde el primer día, porque a los dos les gustan los
Minions.
Ves todo eso. Pero en realidad no ves eso.
Abre la ventana y mira. Mira a las personas que caminan por la calle. Observa.
¿Qué ves? Hay más semejanzas que diferencias.
¿Qué veo? Yo solo veo personas.
(The Idealist)
(The Idealist)
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