Estar puede ser cualquiera. Una noche de
verano de falda y sandalias, una tarde del invierno más frío. Las luces
de la Gran Vía, el atardecer en cualquier playa . Estar
significa un lugar y un momento. El segundo en el que espacio y tiempo
son las coordenadas de una casualidad como otra cualquiera.
Pero ser, en infinitivo y sin conjugar,
es mucho más que eso. Ser es convertirse en una brújula que busca las
sonrisas perdidas y siempre encontrarlas. Ser es estar sin permanecer.
Ser es una estrella, una farola, el ibuprofeno de las mañanas de
domingo. Es saber que, con los ojos cerrados, podemos confiar en
alguien.
Porque para ser no hacen falta frases, ni filtros, ni fotos. Para ser solo hace falta sentir que hay personas que, aun sin verlas, las podamos seguir sintiendo a nuestro lado.
Ojalá algún día encontremos el futuro
pluscuamperfecto de ser con alguien, en lugar del pretérito imperfecto
de estar con alguien.
Ojalá más huellas y menos pronombres posesivos en nuestra vida.(Voces)
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