sábado, 31 de diciembre de 2016

que sigas creyendo en ti....

Que sigas creyendo en ti.

En que eres lo que eres gracias a ti. En tu grandeza, en tu bondad, en tu increíble forma de ser. En tu alegría contagiosa y tu bonita predisposición a ayudar. Siempre, sin importar fechas ni calendarios. En que si quieres, puedes, y que puedes ser aún mejor de lo que ya eres. Que lo eres.

En que mereces seguir celebrando, seguir cumpliendo, seguir creciendo como persona. En que mereces cada uno de los buenos momentos que vivas, cada uno de los abrazos, todos y cada uno de los besos. Por ser tú, a pesar de los malos ratos, las dudas y cualquier miedo.

En que tú vales por ti y por un todo. Que eres único y valioso. Que nadie nunca podrá hacer más por ti que tú mismo, pero que por los demás podrás hacer tanto o más. Que aunque la suerte es caprichosa, tú sabes creártela. Y ganártela.

En tu fortaleza y tu habilidad de superarte. En resurgir cual ave fénix. En tu seguridad y en tu confianza en que todo saldrá bien. En saber que haces lo mejor y que la intención siempre cuenta. En que ser uno mismo es la única opción.


Que sigas creyendo en la magia.

Porque creer es un regalo. Para ti y para los demás. Un regalo de corazón, envuelto en ilusión. Una fuente inagotable de luz, de esperanza, de fantasía. De la creíble y posible. De la que mueve montañas. De la que logra milagros. ¿Por qué no creer en ellos?

Milagros de los de verdad. Los que sorprenden, los que emocionan y conmueven, los que nos hacen saltar. Vibrar, brillar. Los que nos devuelven la fe en las pequeñas cosas y en saber esperar. En que no hay finales escritos, en quererlos escribir de nuestro puño y letra.

Dicen que sólo los más valientes conquistan sus sueños. 
 
Por eso sueña. Sueña muy alto, y sin miedo. Atrévete. Que el tiempo es breve y la dicha es corta, dicen. Contágiate de los buenos deseos, de las mejores intenciones, del cariño sincero. Contágiate para lo que queda de año y para el que vendrá. No te guardes nada para fechas concretas, cualquier día es especial. Regala sin esperar. Sin esperar nada de vuelta, sin esperar una fecha, sin esperar por esperar.

Y busca buenos compañeros de viaje. De esos con los que no te cansas de viajar, de patear, de volar. Con los que no te canses de vivir, con los que no te canses de ser tú mismo. De esos con los que las distancias se acortan y el tiempo se mide en abrazos. De esos con los que creer es fácil y los miedos se vuelven pequeños.

Y sigue creyendo en ti.
Porque creer es querer.
Porque querer es poder.

(blog Entre suspiros y un café)

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Valorarse...

Valorarse no es cambiar, es crecer como persona, valorarse es que las palabras de otras personas no te afecten, no llorar más por lo que no vale la pena, valorarse es volar con los pies en la tierra, y dejar atrás a las personas con falsa moral, y no correr detrás de alguien que no quiere ir contigo, valorarse es quererse y no dejar que nadie nos quiera menos de lo que nos queremos nosotros.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

más huellas y menos pronombre posesivos...

Ser y estar nunca significarán lo mismo, por mucho que el inglés intente engañarnos. 

Estar puede ser cualquiera. Una noche de verano de falda y sandalias, una tarde del invierno más frío. Las luces de la Gran Vía, el atardecer en cualquier playa . Estar significa un lugar y un momento. El segundo en el que espacio y tiempo son las coordenadas de una casualidad como otra cualquiera. 

Pero ser, en infinitivo y sin conjugar, es mucho más que eso. Ser es convertirse en una brújula que busca las sonrisas perdidas y siempre encontrarlas. Ser es estar sin permanecer. Ser es una estrella, una farola, el ibuprofeno de las mañanas de domingo. Es saber que, con los ojos cerrados, podemos confiar en alguien.

Porque para ser no hacen falta frases, ni filtros, ni fotos. Para ser solo hace falta sentir que hay personas que, aun sin verlas, las podamos seguir sintiendo a nuestro lado.

Ojalá algún día encontremos el futuro pluscuamperfecto de ser con alguien, en lugar del pretérito imperfecto de estar con alguien.
Ojalá más huellas y menos pronombres posesivos en nuestra vida.
(Voces)

sábado, 17 de diciembre de 2016

cada tormenta lleva impreso el comienzo de una nueva vida.

Siempre he sabido que el tiempo es relativo, que corre o frena a su antojo, sin preguntar, sin hacer concesiones. Vivimos la vida pensando que habrá tiempo para todo, que no hay por qué preocuparse, que al final del día la música del mundo seguirá sonando para nosotros. Y qué soberbia la nuestra considerarnos pequeños dioses, a los que nadie detendrá el reloj definitivamente. Y es que ya parece ya un acto reflejo de nuestra mente, inconsciente. De ahí que muchas veces vivamos por vivir, por inercia, porque es lo que hay. Viviendo acabamos muriendo.
Matamos nuestras pasiones, nuestras ilusiones, creyendo que el tiempo espera, que no se escapa, pero en el fondo quien espera, desespera, y acabamos siendo nosotros. Nos quedamos inmóviles ante la vida, nos come la rutina cuando quien tendría que estar comiéndose el mundo a bocados somos nosotros.

Nos anulamos sin darnos cuenta, porque cuando por fin nuestra mente escapa de lo cotidiano e intentamos reinventarnos y cambiar de perspectiva, siempre hay contratiempos, y decidimos que no es el momento adecuado pero, ¿cuándo es sino? La realidad es que tu tiempo se expande o se comprime exponencialmente a tu pasión, tú decides que hacer con él, tú decides quien vas a ser ¿Esperarás a la vida o dejarás que te espere a ti? Mi consejo es que dejes de frenarte y comiences a avanzar, porque lo único que no se puede rebobinar, es el temporizador cuando acabe su cuenta atrás.
Vive, saca tiempo para lo que te haga feliz, y aunque el tiempo sea inclemente, nunca desistas, porque cada tormenta lleva impreso el comienzo de una nueva vida. (M. Cueto)

domingo, 4 de diciembre de 2016

perderse...



Perderse puede tener su encanto. A veces debemos perdernos para encontrarnos. Y a veces nos encontramos para volver a perdernos. No siempre podemos controlarlo, eso nos deja a la deriva. Y mientras te sientas bloquead@, sin entender nada cuando tomas conciencia de que estás a punto de dejar algo importante en el camino... debes aceptar que desaparecerá, que se perderá como tú.

Lo único que puedes hacer es quedarte quiet@, respirar hondo e intentar aceptar el rumbo hacia el que te llevará el viento.

Porque el dolor está asegurado, en el nivel dela importancia que tuviera en tu vida,.. pero el dolor pasa.... y la vida sigue.