Sé que el concepto en sí significa lo
mismo, sin embargo, son dos puntos de vista totalmente distintos de
afrontar la vida, según como se miren.
Todos tenemos problemas, todos lloramos,
todos nos caemos, todos sentimos. Pero a pesar de
todas las adversidades intentamos ser positivos, luchar por levantarnos y
no callarnos ante nadie ni nada. Por eso cuando hay un
problema, es mejor ver el vaso medido lleno.
Lo prefiero así, porque a pesar de todo lo malo que nos rodea,
siempre hay algo bueno que llene ese vacío y nos ayude a seguir
adelante. Y eso es lo que nos hace falta.
Porque ver el vaso medio vacío es como una rendición. Y no... porque siempre hay más.
Aunque a veces las cosas se ponen tan difíciles que cuesta ver que
realmente hay un camino que seguir, lo hay. La vida es demasiada
complicada como para complicárnosla nosotros más.
Por eso cuando te vuelvan a preguntar "Y tú, ¿cómo ves el vaso?", yo me lo pensaría dos veces antes de que contestar.
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