"Creo que no existe el amor eterno. Por definición ese sentimiento debe ser intenso, efímero, fugaz. Como la llama que atrapa a la polilla y la consume… No puede durar eternamente, ya que nada ni nadie es capaz de soportar para siempre, ese intenso calor.
Es por eso que no quiero un amor eterno. No quiero quimeras ni vanas promesas: prefiero cinco minutos reales, carnales, explosivos.
Yo pienso en sueños, pero quiero en carne y piel. Quiero comenzar en silencio y luego susurrando o gritando cuando estallen mil estrellas en mi piel. Y quiero terminar gimiendo, buscando el aire que me falta cuando trato de levantar el vuelo.
Cinco minutos reales antes que una vida eterna de sueños… porque la vida es efímera y cruel. Porque yo soy de hueso y sangre. Porque quiero vivir esos cinco minutos aunque luego seguramente, cuando haya pasado el tiempo, sólo se conviertan en un hermoso y eterno recuerdo. Pero cinco minutos vividos.... "
(extraído de una de esas páginas fantásticas que me encuentro en mi deambular en la red de redes)
No hay comentarios:
Publicar un comentario