Poco se puede esperar este mundo en el que vivimos, donde decir "vete a la mierda" es mucho más fácil que decir lo siento.
Mal vamos por ese camino. Porque con esa actitud los rencores y las desconfianzas anidan y echan raices, y ya bastante tenemos con nuestros miedos y con nuestras inseguridades que ocupan ya un espacio demasiado importante.
Cierto es que hay personas que se merecen mucho más que ese deseo de un viaje hacia el mundo escatológico, personas cuyos actos sólo demuestran que no valen absolutamente nada y para ellas estoy convencida que la mejor actitud es sencillamente la indiferencia total porque lo que no tiene valor, solo se merecen el triste vacío.
Pero el problema nos surge con las personas que si que nos importan, las que voluntariamente hemos admitido en nuestra vida y con las que hemos compartido cosas. Hemos llegado a un punto en que la irritación es tal que invade niveles de nuestra existencia a los que debería tener vetado el acceso, porque lo único que vamos a obtener de esa manera es daño y dolor.
Aguantamos cada vez menos, y soy yo la que me pongo en el primer lugar de ese ranking, y llegamos a estar tan encrespados que mezclamos todo en la misma cesta y al final nos comportamos de la misma manera para casi todo.
Aunque así lo parezca, con un "lo siento" no estamos sacando a la luz el reconocimiento de una debilidad sino que es la mejor muestra de valor (y la más difícil) que tenemos para hacer saber a la otra persona que nos importa mientras nos mostramos ante el/ella con todos nuestros errores y nuestras carencias y defectos.
Dos palabras, tan sencillas y tan cortas, pero algunas veces y sobre todo con algunas personas tan tan difíciles de pronunciar........
Mal vamos por ese camino. Porque con esa actitud los rencores y las desconfianzas anidan y echan raices, y ya bastante tenemos con nuestros miedos y con nuestras inseguridades que ocupan ya un espacio demasiado importante.
Cierto es que hay personas que se merecen mucho más que ese deseo de un viaje hacia el mundo escatológico, personas cuyos actos sólo demuestran que no valen absolutamente nada y para ellas estoy convencida que la mejor actitud es sencillamente la indiferencia total porque lo que no tiene valor, solo se merecen el triste vacío.
Pero el problema nos surge con las personas que si que nos importan, las que voluntariamente hemos admitido en nuestra vida y con las que hemos compartido cosas. Hemos llegado a un punto en que la irritación es tal que invade niveles de nuestra existencia a los que debería tener vetado el acceso, porque lo único que vamos a obtener de esa manera es daño y dolor.
Aguantamos cada vez menos, y soy yo la que me pongo en el primer lugar de ese ranking, y llegamos a estar tan encrespados que mezclamos todo en la misma cesta y al final nos comportamos de la misma manera para casi todo.
Aunque así lo parezca, con un "lo siento" no estamos sacando a la luz el reconocimiento de una debilidad sino que es la mejor muestra de valor (y la más difícil) que tenemos para hacer saber a la otra persona que nos importa mientras nos mostramos ante el/ella con todos nuestros errores y nuestras carencias y defectos.
Dos palabras, tan sencillas y tan cortas, pero algunas veces y sobre todo con algunas personas tan tan difíciles de pronunciar........
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