"Despertar es decidir. Es elegir de que color te vas a poner el corazón
hoy. Es decidir que tono quieres que tengan tus frases y pensamientos.
Es elegir con que pie levantarte. Todo es una elección. Desde como
reaccionar hasta como elegir sentirte. Amanecer es hablar de volver a
empezar. Es caer en la rutina de una forma diferente. Es elegir empezar
con café o te."
lunes, 25 de marzo de 2013
jueves, 21 de marzo de 2013
superwoman
A estas alturas de la vida, una ya se cansa de que la obliguen a ejercer de superwoman... A ver si les entra en la cabeza que no tengo ni varitas ni pócimas mágicas para poder hacer lo imposible, sólo dispongo de mi cabeza, con sus cansadas neuronas, de mis dos manos y de mi buena voluntad.... y según parece ninguno de los que deberían dar ejemplo disponen de ese kit básico.
Porque si tuviera por ahí guardada en algún bolsillo una de esas varitas mágicas o en la cocina algún bote de pócima milagrosa, seguro que la utilizaría para hacer desparecer tanta prepotencia, tanta estupidez, tanta necedad, tanta "mala baba", tanta tontería....
Porque una a estas alturas de la vida ya está cansada de esas cosas y de otras cuantas más........
martes, 19 de marzo de 2013
la grandeza no sería nada sin las cosas pequeñas....
No necesito ni flores ni bombones y ni grandes cenas en restaurantes
lujosos. No me siento cómoda en diamantes ni me divierto en fiestas
llenas de gente que no se mira a los ojos. Soy muy simple, no tengo
grandes secretos.
Muchas veces no hablo porque me siento
intimidada, no porque no
quiera. Soy más cobarde de lo que logro admitir. Lo único que necesito
en algunos momentos malos es compañía, con eso me basta y me sobra.
Los
pequeños paseos, las flores de un dia, la sonrisa... eso si con cosas que necesito. La
grandeza no seria nada sin cosas pequeñas que abonaran el camino y son
esas en las que yo me fijo. El pasado de la gente a la quiero no me
preocupa mucho y sobre su presente, sólo quiero que sean felices y si
tengo que hacer algo para conseguirlo pues lo intento.
Y lo único que puedo ofrecer a veces son estas palabras encadernadas... unas tras otras, quizá muchas veces sin sentido pero sin más pretensión que compartirlas.
Y lo único que puedo ofrecer a veces son estas palabras encadernadas... unas tras otras, quizá muchas veces sin sentido pero sin más pretensión que compartirlas.
lloras....
"La lluvia cae porque las nueves no aguantan el peso, tu lloras porque tu corazón no aguanta el dolor."
lunes, 18 de marzo de 2013
jueves, 14 de marzo de 2013
Bienaventurados...
Bienaventurados sean los perdedores, y
malditos sean quienes confunden el mundo con una pista de carreras y
lanzados a las cumbres del éxito trepan lamiendo hacia arriba y
escupiendo hacia abajo.
Bienaventurados sean los indignados, y malditos sean los indignos.
Maldita sea la exitosa dictadura del miedo, que nos obliga a creer que la realidad es intocable y que la solidaridad es una enfermedad mortal, porque el prójimo es siempre una amenaza y nunca una promesa.
Bienaventurado sea el abrazo, y maldito sea el codazo.
Bienaventurados sean los indignados, y malditos sean los indignos.
Maldita sea la exitosa dictadura del miedo, que nos obliga a creer que la realidad es intocable y que la solidaridad es una enfermedad mortal, porque el prójimo es siempre una amenaza y nunca una promesa.
Bienaventurado sea el abrazo, y maldito sea el codazo.
(E. Galeano)
motivos de tu sonrisa....
Sólo quisiera ser uno de los motivos de tu sonrisa, quizá un pequeño pensamiento de tu mente durante la mañana, o quizá un lindo recuerdo antes de dormir. Sólo quisiera ser una fugaz imagen frente a tus ojos, quizá una voz susurrante en tu oído, o quizá un leve roce en tus labios. Sólo quisiera ser alguien que quisieras tener a tu lado, quizá no durante todo el día, pero de una u otra forma, vivir en ti.
(Gabriela Mistral)
No vemos las cosas tal como son, sino tal como somos.
Estamos acostumbrados a vivir herméticamente en nuestros domicilios
sin levantar la vista más que hacia las ventanas de nuestro alrededor. Y si carecemos de ventanas, perdemos rápidamente el interés por lo que nos espera afuera.
Dejamos de ilusionarnos por el afuera hasta el punto de no descorrer
las cortinas, a cerrar las persianas hasta llegar al extremo de
encender mucho más temprano que de costumbre la luz.
A medida que la costumbre se apodera de nosotros, olvidamos la luz, el oxigeno, la inmensa amplitud que nos ofrece la vida, y despertamos sobresaltados porque se nos hace tarde aunque no sepamos muy bien para qué.
A medida que la costumbre se apodera de nosotros, olvidamos la luz, el oxigeno, la inmensa amplitud que nos ofrece la vida, y despertamos sobresaltados porque se nos hace tarde aunque no sepamos muy bien para qué.
Y desayunamos con stress porque vamos retrasados, y para no perder
un minuto leemos el periódico, en el metro, en el bus, en el tren,
porque nos vuelve a escasear el tiempo. Y sin disponer de tiempo apenas
comemos, y abandonamos nuestro trabajo prácticamente de noche, y nos
dormimos en cualquier parte porque estamos cansados. Y llegamos
exhaustos para cenar y descansar sin haber disfrutado y pensando de
nuevo en el próximo día pesado que llegara mañana.
Estamos acostumbrados a sonreír sin esperar una sonrisa a cambio,
a parecer invisibles cuando más necesitábamos ser ayudados, a valorar
los triunfos de los demás , mientras de nuestra vida solo tenemos en
cuenta los desengaños. Inconscientemente convivimos mas con el “tener”
que con el “disfrutar”. Hablar, escuchar, olvidar y perdonar no entra en
nuestros planes porque nos supondría un desgaste y un tiempo que no
estamos dispuestos a desperdiciar.
Ahorramos en nuestro día a día, porque no vemos que estamos muertos.
Nos hemos olvidado, que los pequeños detalles pueden desmoronar los
grandes esfuerzos, y que duele más el cómo , que el quién, el engaño,
que la mentira, un “porque me da la gana”, que un “por supuesto”, y así
llegamos a la conclusión de que lo único goloso que nos queda para
seguir tirando, es aceptar que las apariencias engañan, porque es
mejor no ver , estar dormidos, o acumular sueño atrasado.
Nos hemos acostumbrado hasta respirar las flores cuando nos las
depositan en el cementerio, mientras somos muertos vivientes por expresa
decisión nuestra.
Puede que seamos culpables de nuestra ceguera, pero deberíamos recordar lo que alguien escribió una vez:“LA MUERTE ESTÁ TAN SEGURA DE SU VICTORIA, QUE NOS DA TODA UNA VIDA CON SU TIEMPO DE VENTAJA”
(articulo encontrado en Internet)
martes, 12 de marzo de 2013
lo siento.... sólo dos palabras....
Poco se puede esperar este mundo en el que vivimos, donde decir "vete a la mierda" es mucho más fácil que decir lo siento.
Mal vamos por ese camino. Porque con esa actitud los rencores y las desconfianzas anidan y echan raices, y ya bastante tenemos con nuestros miedos y con nuestras inseguridades que ocupan ya un espacio demasiado importante.
Cierto es que hay personas que se merecen mucho más que ese deseo de un viaje hacia el mundo escatológico, personas cuyos actos sólo demuestran que no valen absolutamente nada y para ellas estoy convencida que la mejor actitud es sencillamente la indiferencia total porque lo que no tiene valor, solo se merecen el triste vacío.
Pero el problema nos surge con las personas que si que nos importan, las que voluntariamente hemos admitido en nuestra vida y con las que hemos compartido cosas. Hemos llegado a un punto en que la irritación es tal que invade niveles de nuestra existencia a los que debería tener vetado el acceso, porque lo único que vamos a obtener de esa manera es daño y dolor.
Aguantamos cada vez menos, y soy yo la que me pongo en el primer lugar de ese ranking, y llegamos a estar tan encrespados que mezclamos todo en la misma cesta y al final nos comportamos de la misma manera para casi todo.
Aunque así lo parezca, con un "lo siento" no estamos sacando a la luz el reconocimiento de una debilidad sino que es la mejor muestra de valor (y la más difícil) que tenemos para hacer saber a la otra persona que nos importa mientras nos mostramos ante el/ella con todos nuestros errores y nuestras carencias y defectos.
Dos palabras, tan sencillas y tan cortas, pero algunas veces y sobre todo con algunas personas tan tan difíciles de pronunciar........
Mal vamos por ese camino. Porque con esa actitud los rencores y las desconfianzas anidan y echan raices, y ya bastante tenemos con nuestros miedos y con nuestras inseguridades que ocupan ya un espacio demasiado importante.
Cierto es que hay personas que se merecen mucho más que ese deseo de un viaje hacia el mundo escatológico, personas cuyos actos sólo demuestran que no valen absolutamente nada y para ellas estoy convencida que la mejor actitud es sencillamente la indiferencia total porque lo que no tiene valor, solo se merecen el triste vacío.
Pero el problema nos surge con las personas que si que nos importan, las que voluntariamente hemos admitido en nuestra vida y con las que hemos compartido cosas. Hemos llegado a un punto en que la irritación es tal que invade niveles de nuestra existencia a los que debería tener vetado el acceso, porque lo único que vamos a obtener de esa manera es daño y dolor.
Aguantamos cada vez menos, y soy yo la que me pongo en el primer lugar de ese ranking, y llegamos a estar tan encrespados que mezclamos todo en la misma cesta y al final nos comportamos de la misma manera para casi todo.
Aunque así lo parezca, con un "lo siento" no estamos sacando a la luz el reconocimiento de una debilidad sino que es la mejor muestra de valor (y la más difícil) que tenemos para hacer saber a la otra persona que nos importa mientras nos mostramos ante el/ella con todos nuestros errores y nuestras carencias y defectos.
Dos palabras, tan sencillas y tan cortas, pero algunas veces y sobre todo con algunas personas tan tan difíciles de pronunciar........
lunes, 4 de marzo de 2013
olvidamos....
Olvidamos continuamente que el tiempo no se detiente para nadie, que a
pesar de lo que pueda parecer, nadie tiene ningún tipo de pacto para
evitarlo.....Cada mañana el espejo sigue siendo el mismo pero nosotros
somos los que vamos cambiando poco a poco, sin percibirlo apenas.
Es el tiempo que el que hace aflorar las pequeñas arrugas que provocan las sonrisas y también las preocupaciones. Ese mismo tiempo que pasa para todos por igual, y que nos deja poco a poco la piel más apagada, alguna ojera extra y flojera en ciertos sitios. El tiempo que nos hace más irascibles, más impacientes y un poco más intolerantes....
Pero también es el tiempo que nos hace crecer, aprender, disfrutar, sonreir.....
Y en el fondo tanto para una cosa como para otra, hablamos del mismo tiempo, de los mismos días, de las mismas horas... así que de nosotros depende el uso que queramos darle
Es el tiempo que el que hace aflorar las pequeñas arrugas que provocan las sonrisas y también las preocupaciones. Ese mismo tiempo que pasa para todos por igual, y que nos deja poco a poco la piel más apagada, alguna ojera extra y flojera en ciertos sitios. El tiempo que nos hace más irascibles, más impacientes y un poco más intolerantes....
Pero también es el tiempo que nos hace crecer, aprender, disfrutar, sonreir.....
Y en el fondo tanto para una cosa como para otra, hablamos del mismo tiempo, de los mismos días, de las mismas horas... así que de nosotros depende el uso que queramos darle
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