Sabemos que la vida no está hecha para cumplir nuestros
caprichos al pie de la letra, y aunque hayamos tenido muchas decepciones no
debemos dejarla pasar solamente dándonos golpes en el pecho por haber sido
demasiado estúpidos y por no haber visto llegar las equivocaciones... Al fin y
al cabo no nos queda otra que aprender continuamente intentando mantener el
equilibrio. Siempre es buen momento para
las riendas de la vida y comenzar un nuevo capítulo, ser feliz por un@
mism@ y para un@ mism@, y si hace falta habrá que cambiar perspectivas y
empezar a ver algunas cosas desde otro ángulo. Este viaje es demasiado corto.
Toca vivir intensamente, sin dramas y sin preocuparse de
frivolidades que nos amarguen el día. Despertar cada día y por muy duro y negro
que parezca intentar esbozar una leve sonrisa y empeñarnos en buscar los buenos
instantes que compensen al menos los malos ratos que están por llegar.
Disfrutar con lo que carezca de importancia para otros,
dejando atrás todo aquello que nos haga mal y haciendo una limonada con los
limones que la vida nos ha dado.
Toca aprender a querernos y aceptarnos como somos, con
imperfecciones y manías, con virtudes y con aciertos, con las arrugas y con los
años de más, siempre intentando mejorar.
Toca caminar
despreocupados sin pensar en la meta, apreciando el paisaje y las sorpresas que
el destino nos depara. Patear las piedras que nos interpongan en el camino y
que si nos hacen tropezar o caer, tener el valor de levantarnos y seguir
adelante aprendiendo la lección. Soltar los miedos que hacen más pesado nuestro
equipaje.
Toca dejar de llorar y soltar el pasado, cerrar ciclos,
restaurar el corazón, agradecer la experiencia. Emprender nuevos comienzos, sin
promesas, sin amores a medias, mediocres o tóxicos. Volver a confiar desde la
comprensión de que todos y cada uno de nosotros somos diferentes, sin importar
quién se alejó porque quiso, porque aunque dolió, seguimos aquí y nos han enseñado que hay otra mucha gente
merecedora de nuestro cariño.
Toca tal vez cambiar la actitud y dejar de ser egoísta.
Disfrutar más los besos, los abrazos, las sonrisas y las risas escandalosas.
Sorprendernos con los mensajes inesperados. Borrar de la agenda las citas por
compromiso, dejando sólo espacio para aquellas personas que merecen un lugar en
nuestra vida, las que nos hacen olvidarnos del tiempo.
Respirar el presente, disfrutar cada momento, cada
emoción, cada aliento........