Llegados a este punto, comencemos a escribir otra historia de 365 páginas, con sus borrones y tachaduras, con sus signos de interrogación, con sus puntos y aparte y sus puntos seguidos, pero intentando escribirla con letra clara y firme.
Una historia por cada uno de nosotros.
Yo por mi parte, siempre cuando llega este día, hago un balance de las cosas,
las que quiero y las que no; de las personas que estuvieron, las que
valieron y las que no, las que se fueron y las que dejé en el pasado.
Hoy también como cada uno de mis días, me pregunto quién soy y quién quiero ser. Y en todo ese
balance, sin querer entiendo que lo urgente es vivir.
Porque los años que tengo, no son los que ya han pasado sino los que me quedan por delante. Así que ¡a por ellos!.
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