Es maravilloso hacer algo que no sabes si puedes hacer. Esa mezcla de miedo y excitación. Ese “allá vamos” que te acelera el corazón. Y es genial descubrir que no se te da tan mal. Que la clave está en hacerlo con seguridad y confiar en uno mismo.
Entonces te das cuenta de que el miedo que sentías tiene más de psicológico que de real. Es como aprendes a andar el bici.. piensas que llevas los dos ruedines aunque no estén ahí, y pedaleas con tanta fuerza y decisión que no queda otra que avanzar.
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