Con el tiempo uno suele aprender muchas cosas.
Por ejemplo, con el tiempo comprendes que forzar las cosas y las
situaciones para que ocurran sólo ocasionará que al final éstas no sean
como las esperabas. Con el tiempo aprenderás a construir todos tus
planes y tu caminos sobre el hoy, porque el ayer ya se te ha escapado de
las manos y el mañana es tan caprichoso e incierto que no te asegura
realizar todos tus planes.
Con el tiempo te das cuenta de que debes cuidar a quien
verdaderamente vale, que debes amar a quien verdaderamente lo merece y
debes cuidarle, porque puede que mañana le añores terriblemente cuando
ya no esté, cuando ya se haya marchado y entonces, entonces de qué te
sirve…
Con el tiempo uno entiende que los besos y los abrazos no valen nada,
no son contratos y que las palabras, conforme llegan se van y no
aportan ninguna seguridad, que las personas cambiamos de tercio
demasiadas veces y que es preferible apostarlo todo y ser sincero aunque
duela, que quedarse ensimismado mirando como todo se destruye por no
haberse atrevido a ser sincero con uno mismo y con el resto. Conforme
pasa el tiempo uno entiende que, si está con alguien simplemente por no
estar solo o rellenar su soledad, deseará volver a su estado original en
algún momento, ante la falta de magia y realidad.

Con el tiempo comprendes que deben quererte con todas tus partes
buenas y con todas las malas, que existe quien ve en tus defectos una
fuente inagotable de virtudes y que cuando realmente le importas a
alguien, es capaz de bajarte la luna si es necesario para estar contigo
cinco minutos y darte un abrazo que duela de gusto. Que el orgullo está
sobrevalorado, que si crees que debes, puedes, que cuando uno se enamora
pierde cualquier tipo de razonamiento y que solo siente desde las
vísceras y actúa y habla sin pretender herir, solo desde el amor.
Con el tiempo comprendes muchas cosas, con el tiempo aprendes, con el
tiempo vuelas, creces, vives…