Tengo una opinión. La mía. Mi opinión sobre opinar, curiosamente. (perdón
de antemano por el trabalenguas). Y ¿que opino al respecto? pues
simplemente opino que opinamos mucho, a veces demasiado.
No quiero decir que esto sea malo, ¡que vá!. No es malo en absoluto siempre y cuando no aspire a ser
algo más que una opinión. Sin imponerla sobre otras opiniones. Sin
disfrazarla de verdad, de ley, cuando, en realidad, como opinión que es,
también es opinable. Sin dar por hecho de que es la única opinión
razonable. Sin apuntar con el dedo a las opiniones ajenas.
Auque
si tengo la sensación de que a las personas en general, les resulta
demasiado fácil opinar. Pues una vez más voy a contracorriente.... yo
pienso que opinar es sumamente difícil.
Las opiniones pueden ser
muchas y muy variopintas pero al final siempre se tiende a que sean
sólo dos. La gente sólo se queda con que o se es de los unos, o de los
otros. O se
opina una cosa o se opina la otra. O estas a favor o estás en contra.
Y llegado a ese punto es cuando yo dejo de
opinar para hacerme preguntas: ¿Las opiniones sólo admiten un color, una
postura? ¿Es que opinar está reñido con el sentido común? Quiero pensar
que no.
Y lo malo es que mientras no seamos capaz de ver más
allá de dos opciones, del blanco o el negro, del sí o del no... los
problemas seguirán porque seguiremos poniendo tiritas donde deberían ir
escayolas.
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