domingo, 6 de abril de 2014

querido tiempo...

Querido tiempo:

Cuantas veces te he escuchado decir que teníamos que hablar, que tú te encargas de poner cada cosa en su sitio. Que todo es cuestión tuya... cuestión de tiempo.

Que si todo lo curas.  Que tus agujas, aún sin tener punta, son las que mejor cosen las heridas. Que eres relativo. Que lo que hay que hacer es emplearte, no matarte. Que arrieritos somos y en el camino me lo encontraré..... Que tú sabes volar y que puedes enseñarme...que incluso sabes escaparte sin me despisto un poco. Que siempre te regale como algo valioso, porque jamás te dejas recuperar. 

Pero, querido tiempo, es que no habíamos contado con un pequeño detalle. 

Y es que el mundo está mal repartido desde hace mucho tiempo (valga la redundancia), desde el primer momento de todo, primer día del año, primer día del mes, primera hora del día...... Y mira que no quisiera ser yo la que te impaciente ni la que cuestiones tus tiempos, tus repuestas....
Pero es que se van agotando las vidas para seguir jugando en el tablero de las ilusiones. Y he aprendido que pedirlas prestadas no te hace avanzar más rápido de pantalla en el juego Que sigo atascada en el nivel de principiante, en el nivel básico.

Porque a veces una se cansa de esperar y prefiere que la esperen. Que me gustaría meter las manos en los bolsillos y no sacarlas. Ni extenderlas. Que tanto he tirado de otros carros que el mío me lo han robado por no aparcarlo en el sueño correcto.

Querido tiempo. Tú que tienes alas, que guardas todos los archivos del pasado, que te dejan fisgonear por la mirilla de la vida futura, que organizas los horarios del presente, ¡qué trabajo te cuesta prestarme tu goma de borrar! que hay cosas que me gustaría quitar del papel de mi vida o por lo menos difuminarlas. Y si no, acuerdate y llévate el marcapáginas del libro de mi biografía y así puedo pasar página.

Hagamos una cosa. Tú me pones el reloj en hora. A ver si así no llego tarde a la vida de la gente. O mejor.  Me dices cuál es mi sitio y yo me pongo. Pero que no me pongan, querido tiempo. Y recuerda que yo sólo quiero reirte, disfrutarte, saborearte, estirarte cuando te portas bien.... pero tú te empeñas en tirarme pedruscos. Y así ni siquiera hay forma de tropezarse. Simplente a un mal paso te caes de bruces.

Así que si quieres seguir teníendome como amiga, ayúdame a tomar las cosas con calma, frena tu ritmo cuando asi deba ser y permíteme sentir que los minutos valiosos desde el primer segundo al último, y cuando quiera que las horas vuelen, acelera por favor tu marcha y aléjame de los momentos turbios.

Yo prometo que te cuidaré en mi persona, que a pesar de días, meses y años que llevemos compartidos, intentaré aparentar desde el punto más profundo de alma, corazón y cabeza que has pasado sencillamente rozándome, sin desgastarte y sin desgastarme.

Y que así sea......

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