martes, 24 de noviembre de 2020

respirar el presente...

 

Sabemos que la vida no está hecha para cumplir nuestros caprichos al pie de la letra, y aunque hayamos tenido muchas decepciones no debemos dejarla pasar solamente dándonos golpes en el pecho por haber sido demasiado estúpidos y por no haber visto llegar las equivocaciones... Al fin y al cabo no nos queda otra que aprender continuamente intentando mantener el equilibrio. Siempre es buen momento para  las riendas de la vida y comenzar un nuevo capítulo, ser feliz por un@ mism@ y para un@ mism@, y si hace falta habrá que cambiar perspectivas y empezar a ver algunas cosas desde otro ángulo. Este viaje es demasiado corto.

 Toca vivir intensamente, sin dramas y sin preocuparse de frivolidades que nos amarguen el día. Despertar cada día y por muy duro y negro que parezca intentar esbozar una leve sonrisa y empeñarnos en buscar los buenos instantes que compensen al menos los malos ratos que están por llegar.

Disfrutar con lo que carezca de importancia para otros, dejando atrás todo aquello que nos haga mal y haciendo una limonada con los limones que la vida nos ha dado.

 Toca aprender a querernos y aceptarnos como somos, con imperfecciones y manías, con virtudes y con aciertos, con las arrugas y con los años de más, siempre intentando mejorar.


 

Toca  caminar despreocupados sin pensar en la meta, apreciando el paisaje y las sorpresas que el destino nos depara. Patear las piedras que nos interpongan en el camino y que si nos hacen tropezar o caer, tener el valor de levantarnos y seguir adelante aprendiendo la lección. Soltar los miedos que hacen más pesado nuestro equipaje.

 Toca dejar de llorar y soltar el pasado, cerrar ciclos, restaurar el corazón, agradecer la experiencia. Emprender nuevos comienzos, sin promesas, sin amores a medias, mediocres o tóxicos. Volver a confiar desde la comprensión de que todos y cada uno de nosotros somos diferentes, sin importar quién se alejó porque quiso, porque aunque dolió, seguimos aquí  y nos han enseñado que hay otra mucha gente merecedora de nuestro cariño.

 Toca tal vez cambiar la actitud y dejar de ser egoísta. Disfrutar más los besos, los abrazos, las sonrisas y las risas escandalosas. Sorprendernos con los mensajes inesperados. Borrar de la agenda las citas por compromiso, dejando sólo espacio para aquellas personas que merecen un lugar en nuestra vida, las que nos hacen olvidarnos del tiempo.

Respirar el presente, disfrutar cada momento, cada emoción, cada aliento........




a veces...

"A veces quiero ser mar para que mi altura varíe dependiendo de como tenga el día la luna. Porque hay días que me quiere muy cerca y otros tan lejos, pero ella sabrá. Hace tiempo le prometí no pedirle explicaciones, por eso de no hacer preguntas cuya respuesta no estás preparado para escuchar.
A veces quiero ser mar en calma y otras veces tan salvaje que asuste. A veces abrazarte, achucharte, besarte y otras gritarte. Pelear contigo, decirte esas cosas que llevo muy adentro pero que alguien me enseñó a no compartir. Porque se supone que está mal soltar tus sentimientos y pensamientos tan en crudo. Por lo visto hay que echarlos un poco de sal y algo de condimento para que parezca que son agradables, para no herir a nadie. Ya sabes, como cuando eras pequeño y tu madre te dejaba echar ketchup en el pescado para que así te lo comieras. Porque, actualmente, se supone que hay que pensar en los sentimientos de los demás antes que en los nuestros, que por no herirlos a ellos, tienes que herirte a ti y aguantar, como un campeón, hasta que explotes.

A veces quiero ser mar para que habiten en mi peces, corales y tiburones. Y ver como se pelean por sobrevivir, verlos a todos luchar por seguir respirando, por seguir habitándome y así sentir que soy el sustento de vida para alguien. Sí, soy muy egocéntrica. ¿Qué quieres que haga?

A veces quiero ser mar y que mis olas lleguen a morir suavemente sobre la arena o bruscamente contra un acantilado. Quiero ver como partes de mi empapan los pies de las personas que caminen a cualquier hora sobre mi final, quiero sentir como hunden sus pies los humanos para levantarlos otra vez. Pero también quiero romper contra los acantilados y volar, volar muy alto para volver a caer sobre mi. Para sentir vértigo, vida y miedo. Para sentir que puedo perderlo todo y luego aferrarme a ello con más fuerza que nunca.

A veces quiero ser mar para ser libre. Para que sean ellos quienes busquen entenderme a mi, para dejar de comerme yo la cabeza, porque ya estoy un poco harta de intentar entender cosas incomprensibles. A veces quiero ser mar para que entiendan que hay cosas que son porque sí, que no hay lógica, no existe razón detrás de ellas, que lo hice porque lo sentía, porque quise. Y punto.

A veces me siento como si realmente fuera mar, a veces me siento libre, incomprendida y hermosa. A veces me siento querida a pesar de no tener sentido, de mi carácter indomable, de mis días de tormenta, de mi necesidad de gritar. A veces me miro y veo en mis ojos azules un poco de cada una de esas cosas. Y entonces medio sonrío y pienso que, sin ninguna duda, acabaré viviendo cerca del mar para respirarme muy honda y profundamente."
(Fuente: Carla Gomez)

martes, 17 de noviembre de 2020

la felicidad

De repente todo se vuelve tan simple que asusta. Perdemos las necesidades, se reduce el equipaje. Las opiniones de los demás, son realmente de los demás, incluso si son sobre nosotros; no importa.
Abandonamos las certezas porque ya no estamos seguros de nada. Y no nos hace falta. Vivimos de acuerdo a lo que sentimos. Dejamos de juzgar, porque ya no hay bien o mal, sino más bien la vida que eligió cada uno.
Finalmente entendemos que todo lo que importa es tener paz y tranquilidad, es vivir sin miedo, es hacer lo que alegra el corazón en ese momento. Y nada más.
Cuando descubrimos todo eso es cuando llega la satisfacción plena. La verdadera felicidad. 
(Fuente: Mi granero se ha quemado, ahora puedo ver la luna)


martes, 10 de noviembre de 2020

deja

 


"Deja que las cosas se rompan, deja de esforzarte por mantenerlas pegadas. 

Deja que la gente se enoje. 

Deja que te critiquen, su reacción no es tu problema. 

Deja que todo se derrumbe, y no te preocupes por el después. 

¿A dónde iré? ¿Qué voy a hacer? 

Nadie se ha perdido nunca por el camino, nadie se quedó sin refugio. 

Lo que está destinado a irse se irá de todos modos. 


Lo que tenga que quedarse, seguirá siendo. 

Demasiado esfuerzo, nunca es buena señal, demasiado esfuerzo es signo de conflicto con el universo. 

Relaciones

Trabajos

Casa

Amigos y grandes amores... 

Riega cuando puedas, reza y baila pero luego, deja que florezca lo que debe y que las hojas secas se arranquen solas.

 Lo que se va, siempre deja espacio para algo nuevo: son las leyes universales. 

Y nunca pienses que ya no hay nada bueno para ti, solo que tienes que dejar de contener lo que hay que dejar ir."