sábado, 4 de febrero de 2017

dias...

Pueden pasar días y meses, incluso años, vacíos. Insípidos, repetidos, sin fuegos artificiales ni celebraciones dignas de mención. Días más que predecibles, monótonos y descoloridos. Como si la rutina se hubiera instalado en la habitación de al lado, como fiel compañera de piso. La que no te deja ni a sol ni a sombra.


Días de cumplir. Sin ilusión ni motivación que los haga distintos. De obedecer “lo que toca” y olvidar lo que se quiere.  Días en los que dejas tu creatividad y tus deseos a un lado. Aparcados en tercera fila y sin intermitentes. Como si no fueras a volver a por ellos. Como si fueran para otros. Como si no tuvieran el más mínimo valor. Incluso como si no supieras que los tienes, que son tuyos.
Y no ves más allá de tus pies, y de las huellas que dejan tras de ti. Preocupándote más por esas huellas, por si alguien las seguirá o se borrarán en cuestión de días. Por si te pierdes en algún momento y no puedes seguirlas. Por si caen en el olvido....como tus sueños.